Esta semana quiero hablaros de una nueva propuesta, muy extendida ya en otros países, para introducir la alimentación complementaria al bebé una vez se pasa la etapa de lactancia materna exclusiva: esta corriente se llama Baby-led-weaning.
Hace un tiempo, cuando os hablé de los beneficios de la lactancia materna en esta entrada, os decía que la OMS recomienda la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses, momento en el que se debe inicial la alimentación complementaria del bebé, siendo como bien dice su nombre, complementaria a la lactancia materna o a las fórmulas para lactantes en su defecto.
La forma más común y la que se lleva a cabo más frecuentemente en nuestro país (y en otros muchos) es introducir los nuevos alimentos en forma de purés, papillas y triturados, muchas veces mediante preparados comerciales (potitos y papillas de cereales, por ejemplo) nada recomendables (por cierto, hablando de alimentos comerciales para bebés, os recomiendo que leáis esta entrada de Lucía Martínez en su blog Dime qué comes: “Hero baby: lo vendemos porque es legal”).
Pues bien, esta nueva propuesta, el Baby-led-weaning, consiste en no preparar al bebé purés, triturados ni papillas especiales, sino ofrecerle alimentos cortados en trozos pequeños para que él mismo pueda comer de forma autónoma. Según esta propuesta, desde el momento que empezamos a introducir la alimentación complementaria podemos dar al bebé alimentos cortados en trocitos, con tamaños que les sea fácil agarrar con sus manitas, para que puedan experimentar con ellos y llevarlos a la boca, probarlos, intentar morderlos (con las encías, porque aún no tienen dietes) e ir conociendo los diferentes sabores y texturas de los alimentos.
Lógicamente, no todos los alimentos pueden ser presentados al niño desde un primer momento, ya que hay algunos, como los frutos secos, las frutas con pepitas, zanahorias o manzanas crudas…que pueden producir un riesgo de atragantamiento. Sin embargo, la mayoría de los alimentos pueden ser introducidos en la alimentación del bebé, siempre de forma gradual, de uno en uno con este método.
Los alimentos que se podrían ofrecer al bebé serían por ejemplo verduras cocidas, al vapor, cortadas en forma de bastón para que sean fáciles de agarrar, por ejemplo calabacín, brócoli, zanahoria, judías verdes, guisantes, etc., patata cocida, en trocitos o un poco machacada, frutas como plátano, pera, melón, sandía, etc., bien pelados y sin pepitas, manzana cortada muy finita o asada, tiras de carne bien cocinada para que esté tierna, trocitos de pescado sin espinas y sin piel, tostadas de pan, pasta cocida o trocitos de queso. En definitiva se pueden introducir todo tipo de alimentos, cuidando siempre que sólo se le presenten al bebé alimentos saludables, descartando alimentos superfluos, como galletas, dulces, zumos, refrescos…
Es obvio que al principio el bebé no se va a comer todo lo que le ofrezcas, sólo lo chupará, experimentará con él, pero poco a poco irá tragando trocitos de estos alimentos, lo que hará que sin que nos demos cuenta el niño pruebe gran cantidad de alimentos diferentes, aceptándolos e incorporándolos de forma natural a su alimentación.
Esta forma de introducir la alimentación complementaria fomenta la autonomía del bebé, que decide lo que quiere comer y cuando quiere comer. Los bebés regulan mejor su apetito, ya que hacen caso a las señales de hambre y saciedad, por lo que cuando están saciados dejan de comer, evitando así sobrealimentarles. Además, es una forma de que el bebé se integre en las comidas familiares, y aprenda por imitación de los padres la forma correcta de alimentarse. Si se le ofrece al bebé los mismos alimentos que están consumiendo los padres, en los mismos horarios, el bebé imitará el comportamiento de sus padres, aprenderá a comer sólo y aumentará su autonomía.
Otra ventaja de esta propuesta es que parece fomentar la mejora de los patrones de alimentación, y da lugar a un peso corporal saludable. Diversos estudios (como este o este) han visto que los niños alimentados de esta forma prefieren los alimentos más saludables, mientras que los niños alimentados a cuchara, con purés y papillas tienen a preferir alimentos más dulces. También se ha visto que los bebés alimentados mediante baby-led-weaning tienen menos probabilidades de tener sobrepeso que los que se alimentan con papillas y purés, ya que al ser él quien controla su saciedad, sabe cuándo tiene que parar de comer. No obstante, estos estudios no son concluyentes, y en todos se hace referencia a la necesidad de seguir investigando en este campo.
Una de las dudas que surgen de forma habitual respecto a este tema es si los bebés son capaces de cubrir sus necesidades nutricionales con este método.
No hay que olvidar que la lactancia materna, o en su defecto las fórmulas para lactantes deben seguir siendo la base de la alimentación, y la alimentación complementaria, ya sea mediante este método o mediante la forma común de papillas y purés se debe ir introduciendo de forma gradual, sin ser la forma básica de alimentación, sino un complemento.
Por tanto, aunque es cierto que en un principio el baby-led-weaning no cubre los requerimientos del bebé, ya que al principio la cantidad de alimento que ingiere es mínima, no necesita cubrir estos requerimientos, porque esa función ya la cubre la leche materna o las fórmulas alimentarias en su defecto.
También hay que tener en cuenta que introducir la alimentación complementaria al bebé con este método requiere que los padres sean pacientes, ya que el bebé manchará, tirará los alimentos al suelo, habrá que limpiar más, lavarle la ropita…al fin y al cabo el bebé está experimentando, está aprendiendo mientras juega, por lo que no se debe decaer a la primera, hay que ser constantes y pacientes.
Para concluir, os invito a que investiguéis más sobre esta nueva corriente. Hay infinidad de video en YouTube de bebés alimentándose siguiendo el método baby-led-weaning. Así podréis comprobar que esta forma de introducir la alimentación complementaria al bebé es posible, que los niños en verdad se comen los alimentos que los padres les ofrecen, y que no se ahogan ni corren ningún peligro (lógicamente, estando supervisados siempre por los padres y ofreciendo alimentos adecuados al bebé). Aquí os dejo uno de estos vídeos que podemos encontrar donde se puede ver este proceso, cómo el niño prueba y come toda clase de alimentos y se integra en las comidas del resto de la familia.
Sólo me queda animaros a seguir investigando sobre esto, a preguntarme vuestras dudas, comentarme vuestras experiencias y si tenéis la oportunidad animaros a intentar introducir la alimentación a vuestros bebés de esta forma. ¿Os atrevéis?
Como siempre, muchas gracias a todos por leerme, espero que os haya gustado. Espero vuestros comentarios.
Si necesitas resolver dudas sobre el baby-led-weaning y quieres que te ayude ponte en contacto conmigo.
¡Hasta pronto!
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[…] alimentos, generalmente suelen presentarse en forma de purés o papillas, pero como ya comenté en esta entrada, hay una propuesta cada vez más conocida para presentar los alimentos, que se conoce como […]