Es muy frecuente encontrar a padres preocupados porque sus hijos comen poco. Comentan que sus hijos comen menos que antes, que nunca tienen hambre y que esto les tiene muy preocupados.
Sin embargo, en muchas ocasiones la preocupación de los padres es sin razón. Es lógico que los padres se preocupan por sus hijos, y cualquier cambio puede llevarles a pensar que hay algún problema con la salud de sus hijos, pero la mayoría de las veces se preocupan más de lo necesario. Y en el caso de la alimentación, cuando los padres piensan que sus hijos están comiendo poco, la mayoría de las veces no están en lo cierto.
Si eres una madre o un padre preocupado, debes tener en cuenta que los primeros años los niños crecen más rápido, y por eso necesitan más energía y por tanto comen más. Pero después el crecimiento no es tan rápido (hasta la pubertad, que vuelve a aumentar la velocidad), y por tanto no necesitan comer tanto porque no gastan tanta energía en crecer.
Por esta razón puede que tu hijo coma menos de lo que comía antes y esto te preocupe, pero piensa que el motivo puede ser este, por lo que no debes preocuparte demasiado en principio.
Es importante no obligar a los niños a comer, ni amenazarle con quitarle cosas que le gusten ni le premiarle si dejan el plato limpio. Se debe respetar la sensación de saciedad de los niños, ya que ellos saben perfectamente cuando están llenos y no necesitan más energía. Obligar a un niño a comer puede hacer que pierda su sensación de saciedad y ya no sea capaz de controlar cuando está lleno, lo que a la larga puede conllevar a un problema de obesidad.
Se debe dejar al niño que coma lo que quiera y en el momento que tenga hambre, siempre que en la casa haya siempre que haya a su alcance sólo alimentos saludables y no otros alimentos que no aportan nada a su alimentación, salvo grasas y azúcares (galletas, zumos, batidos, bollería, chuches, productos precocinados, refrescos…).
El hecho de consumir estos alimentos superfluos también puede hacer que en algunas ocasiones pensemos que nuestro hijo está comiendo poco. Es posible, que si le damos este tipo de alimentos no tengamos en cuenta que son productos que en muy poca cantidad aportan muchas calorías, sobre todo en forma de grasas saturadas y azúcares, lo que hace que el niño esté saciado antes y no se coma el resto de los alimentos.
Por tanto, una de las cosas que debes hacer es revisar la alimentación de tus hijos y eliminar todos los alimentos superfluos, así seguro que optará por alimentos más saludables siempre y cuando estén a su alcance.
Para saber si los niños están realmente bien alimentados o si por el contrario, como piensas está comiendo menos de lo que debe, puedes fijarte en la actividad del niño: si tu hijo o hija está activo, se mueve, hace deporte…no deberías preocuparte de si está comiendo menos de lo que necesita. Cuando un niño no ingiere toda la energía que necesita está decaído, deja de jugar como lo hacía antes…es decir, es algo que se nota a simple vista.
Por tanto, y a modo de resumen, las ideas con las que debes quedarte de esta entrada si estás preocupado por la alimentación de tus hijos es:
– No te preocupes más de lo necesario si tu hijo en determinado momento no tiene apetito.
– Si aún toma lactancia materna, ofrece siempre el pecho antes que cualquier otro alimento.
– Si tu hijo está activo está sano
– No obligues nunca a tus hijos a comer
– Respeta su sensación de hambre y saciedad
– Pon a su alcances alimentos saludables y elimina los alimentos superfluos
– Tu hijo comerá en función de lo que necesite crecer en ese momento.
Si aún te quedan dudas sobre este tema, puede ampliar la información con cualquier entrada de Julio Basulto, como esta en la que habla sobre este tema junto a otros profesionales. También puede ayudarte mucho su libro, Se me hace bola, en el que habla sobre la alimentación infantil y resuelve muchas de las dudas que se puedan presentar respecto a este tema.
Por hoy es todo, como siempre decirte que cualquier duda que te surja o cualquier comentario que tengas puedes hacérmelo llegar y te contestaré encantada.
Para terminar, quiero desearos a todos una feliz entrada de año y espero que este próximo año 2016 continuéis siguiendo este blog y consultando y resolviendo todas vuestras dudas. Yo aquí seguiré.
¡Hasta el año que viene!