A lo largo del año, hay varias épocas en las que pensamos que nos sobran unos kilitos y decidimos ponernos a dieta: que si la operación bikini, que si “después del verano me pongo a dieta”, “en año nuevo empiezo”…
Esto hace que cada poco tiempo aparezcan unos cuantos charlatanes con ganas de ganar dinero a costa de los demás que nos presentan “una dieta revolucionaria”, “la dieta definitiva”, con la que “perderás peso de una forma muy rápida”… Y así, año tras año nos engañan una y otra vez, haciendo que perdamos no sólo dinero, sino también salud. Esto es lo que se conoce como “dietas milagro”, y es de lo que os intentaré hablar en esta entrada y en alguna otra.
Para comenzar, me gustaría aclarar algo que aunque se sale un poco del tema creo que es importante saberlo. La palabra Dieta es una palabra que los que trabajamos en esta profesión nos vemos obligados a usar con mucho cuidado, ya que el significado que tiene no es el que actualmente se le da. Me explico: La palabra dieta viene del latín Dietae, que significa “régimen de vida”, es decir, es el conjunto y cantidades de alimentos que se consumen habitualmente. Esto quiere decir, que cuando nos referimos a dieta no estamos hablando de “pasarnos un mes a lechuga” (por ejemplo). Nos referimos a unos hábitos alimentarios que hay que llevar a cabo a lo largo de la vida, y es por esto que actualmente el significado que se le da a la palabra dieta no es el correcto.
Una vez aclarado esto, volvemos al tema que me ha traído a escribir esta entrada: las dietas milagro.
¿CÓMO SÉ QUE ES UNA DIETA MILAGRO?
Lo primero que hay que aprender es a reconocer este tipo de dietas, que suelen tener unas características concretas:
- Promesa de una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo. Prometen resultados espectaculares, rápidos y fáciles (Recordemos que cada persona es diferente, y por ello no es posible “adivinar” el efecto que va a tener la dieta, ya que estos resultados van a depender de muchos factores).
- Son anunciadas como completamente seguras, que no suponen ningún riesgo para la salud.
- En muchas de ellas hay que usar complementos, suplementos o sustitutivos de los alimentos (batidos, sobres, pastillas…).
- Son dietas cerradas, no se adaptan a las preferencias ni a las necesidades de cada persona.
- Incluyen testimonios de personas que la han probado (suelen ser personajes famosos) o de “profesionales” que avalan la seguridad y la eficacia de la dieta.
- Prohíben determinados alimentos o grupos de alimentos.
- Incitan al abuso de determinados alimentos o grupos de alimentos.
- Se les atribuye propiedades adelgazantes, curativas o preventivas. Ya no se conforman con jugar con la salud de las personas que necesitan perder peso, sino que cada vez es más frecuente que aparezcan dietas que aseguran que son capaces de curar determinada enfermedad (si lo anterior ya es una vergüenza, el jugar con la ilusión de personas enfermas ya me deja sin palabras para calificarlo).
- Se basan en estudios poco fiables (hechos con muestras no representativas, en animales, estudios sin revisión…).
Estas son algunas de las características que suelen tener este tipo de dietas. No tienen por qué cumplirlas todas a la vez.
TIPOS DE DIETAS MILAGRO
Es muy difícil agrupar estas dietas debido a la gran variedad que existen. De forma general, podemos clasificarlas en tres grandes grupos:
- Dietas hipocalóricas desequilibradas: se basan en disminuir la cantidad de energía que consumimos pero de una forma desequilibrada, es decir, no tienen en cuenta las necesidades de los distintos nutrientes, sino que simplemente disminuyen la cantidad de alimentos consumidos, haciéndolas muy bajas en calorías. Este tipo de dietas suelen provocar deficiencias de determinados nutrientes, además del efecto “rebote” o efecto “yo-yo” que se produce al abandonar la dieta.
- Dietas disociativas: se basan en la idea de que los alimentos por sí solos no aumentan el peso, sino que es la combinación que hacemos de ellos lo que hace que engordemos. Es decir, proponen separar los alimentos en función de si contienen proteínas, grasas o hidratos de carbono, y no mezclarlos en una misma comida. Carecen de fundamento científico, además de que son muy difíciles de llevar a cabo, puesto que no hay muchos alimentos que estén formados por un solo tipo de nutriente. Sin embargo, pueden provocar muchos riesgos para la salud.
- Dietas excluyentes: se basan simplemente en eliminar algún nutriente de la dieta. Hay varios tipos en función del nutriente que eliminen de la dieta: ricas en carbohidratos y sin lípidos ni proteínas, ricas en proteínas y sin carbohidratos o ricas en grasa. Este tipo de dietas, aparte de los déficits nutricionales que acarrean, pueden provocar serios problemas metabólicos.
PERO ENTONCES, ¿SON PELIGROSAS PARA LA SALUD?
Pues sí, estas dietas constituyen un riesgo importante para la salud. Algunos de los inconvenientes y peligros de este tipo de dietas son los siguientes:
- No son realizables en un periodo de tiempo prolongado. Como ya expliqué antes, la palabra dieta implica tomar unos hábitos saludables para toda la vida. Este tipo de dietas, al ser tan restrictivas y eliminar tantos alimentos se hacen muy monótonas y difíciles de llevar durante un largo periodo, además de provocar graves riesgo para la salud que vamos a ir viendo.
- No son equilibradas. No nos aportan los nutrientes en las cantidades necesarias, suprimen alimentos de nuestra dieta y elevan el consumo de otros.
- No demuestran eficacia a largo plazo.
- Producen efecto “rebote” o “yo-yo”. Una vez se deja la dieta, se vuelve a coger el peso que teníamos o incluso se ganan más kilos. Esto se debe a que el organismo, al consumir menos calorías de las que necesita, pone en funcionamiento una serie de mecanismos para almacenar todo lo que se consume de manera más eficaz para cubrir los déficits. Por esto, cuando volvemos a nuestra dieta habitual estos mecanismos, aún activos, siguen almacenando todo lo que comemos (que ya será más cantidad), y por tanto cogemos más peso. Esto hace que entremos en un bucle dieta-ganancia de peso que afecta a nuestro metabolismo y que además a la larga hacen que la pérdida de peso sea cada vez más difícil.
- No se produce una reeducación alimentaria ni se destierran mitos alimentarios. Los profesionales de la nutrición pretendemos enseñar buenos hábitos de alimentación, pero lógicamente a estas personas no les interesa que la gente aprenda a alimentarse (se les acaba el chollo).
- Se produce una desnutrición y un déficit de nutrientes. Al disminuir el número de calorías consumidas (muchas veces llegando al ayuno total) y comer de forma desequilibrada, se puede llegar a un problema de desnutrición y a un déficit de determinados nutrientes, como vitaminas y minerales.
- Se pierde masa muscular. Al no obtener suficiente energía, el organismo reacciona destruyendo las proteínas musculares para obtener la energía de ellas. Esta es una de las causas por las que se pierde tanto peso en un primer momento, ya que el tejido muscular es muy rico en agua, y al destruirlo perdemos una gran cantidad de agua, que es lo que se refleja en el peso.
- Pueden desencadenar trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia, de los que ya os hablé en otras entradas, entre otros), con todos los problemas y riesgos que estas enfermedades conllevan.
- Producen frustración, ya que la persona no ve resultados positivos (o si los ve con el tiempo desaparecen y vuelve al mismo peso), por lo que piensa que ha sido culpa suya, que no es capaz de bajar de peso, y por tanto puede que rechace la posibilidad de volver a intentarlo en el futuro.
- Hay que tener en cuenta también la pérdida económica, pues como ya se ha dicho, suelen implicar el uso de complementos, de suplementos o sustitutivos, y si no es así, mínimo tienes que comprar el librito de recetas, el otro donde te explica cómo llevar a cabo la dieta…
Estos son, de forma general, los inconvenientes y riesgos de estas dietas. Hay que analizar cada una de ellas para conocer en detalle los riesgos que conllevan.
En definitiva, ya véis que cualquiera de estas dietas son perjudiciales, por lo que cuando hablamos de temas de alimentación lo mejor es acudir a un dietista-nutricionista que te ayude a no tener que ponerte nunca más a dieta, sino que te enseñe a comer sano, que es lo que todos debemos hacer.
¿Os animáis a decirme qué dietas milagro conocéis y si habéis seguido alguna en algún momento? Contádmelo, o decidme de qué dieta milagro os gustaría que os hablase.
¡Nos vemos pronto!
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[…] y demás potingues. También es el momento de las dietas milagro, de las que ya os hablé en esta entrada, y que a modo de resumen, son dietas desequilibradas que a la larga provocan una ganancia de peso […]
[…] y demás potingues. También es el momento de las dietas milagro, de las que ya os hablé en esta entrada, y que a modo de resumen, son dietas desequilibradas que a la larga provocan una ganancia de peso […]
[…] más, ya que cumple algunas de las características de estas dietas, de los que os hablé en esta entrada, como basarse en estudios poco fiables, atribuirle propiedades adelgazantes, curativas o […]
[…] y pechuga de pollo a la plancha almuerzo y cena todos los días de la semana, por ejemplo), dietas milagro o uso de productos para adelgazar que solo aportan […]
[…] que si en alguna ocasión te has “puesto a dieta” o simplemente te has pesado en la farmacia sabrás qué es eso del IMC. Lo que puede que no […]
[…] y tu estilo de vida este es el momento. Empieza ya a cuidarte, a mejorar tu alimentación sin dietas milagro ni tonterías. Empieza ahora a mirar por tu salud (no por tu físico). Y si necesitas ayuda, […]
[…] Otra de las posibles causas de esta dolencia es una deshidratación causada por una baja ingesta de líquidos o por vómitos y diarreas continuos. También puede producirse esta falta de minerales por una dieta muy restrictiva (otro problema que podemos sumarle a las dietas milagro). […]