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No se llama moda, se llama Anorexia Nerviosa

anorexia nerviosa

Hoy quiero hablaros de un trastorno de la conducta alimentaria que por desgracia cada vez encontramos con más frecuencia, la Anorexia Nerviosa.

Anorexia vs Anorexia nerviosa

Para empezar, hay que diferenciar entre Anorexia y Anorexia Nerviosa.

La Anorexia es la forma de nombrar la pérdida de apetito como síntoma secundario a cualquier otra enfermedad. Es diferente de la Anorexia nerviosa, que es una enfermedad psicológica. Teniendo clara la diferencia, veamos en que consiste esta enfermedad.

La Anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza porque la persona tiene una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, llegando a tener verdadero miedo a engordar, y dificultades para mantener el peso dentro de unos límites adecuados para su edad, sexo y altura, lo que la lleva a realizar unas determinadas conductas relacionadas con la alimentación, como dejar de comer, provocarse vómitos, hacer ejercicio excesivo o utilizar sustancias, como diuréticos, para conseguir esta pérdida de peso.

Estos pacientes tienen una visión de su imagen corporal distorsionada, por lo que a pesar de estar cada vez más delgados siguen viéndose gordos, situación que va empeorando al ir perdiendo más peso. Otros en cambio no se ven gordos, simplemente saben que están delgados pero siguen preocupados por el tamaño de ciertas partes de su cuerpo, principalmente abdomen, piernas y nalgas. Esto es un gran problema ya que, como no son conscientes de que están enfermos, se complica mucho su tratamiento, provocando así un gran número de muertes por esta enfermedad, ya sea por las complicaciones que conlleva esta enfermedad o por suicidio.

Tipos de anorexia nerviosa

Anorexia nerviosa restrictiva: La principal característica es que la persona come cada vez menos o deja de comer  y realiza ejercicio intenso para evitar ganar peso. Suelen ser personas muy controladoras y perfeccionistas

Anorexia nerviosa purgativa: En este caso, la persona come, pero después intenta por distintos métodos eliminar de su organismo lo que ha comido, como provocándose los vómitos, realizando ejercicio intenso, tomando laxantes o diuréticos o cualquier otro método. Se produce en personas más impulsiva, lo que también hace frecuente que estas personas abusen de alcohol y drogas. El hecho de que se den atracones de comida hace ver que aún sienten hambre, algo menos frecuente en la anorexia nerviosa restrictiva. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces estas personas sienten que se han dado un atracón de comida cuando en verdad han tomado una cantidad que para cualquier otra persona es normal.

Este tipo de trastorno alimentario suele ser más frecuente en chicas que en chicos, aunque cada vez hay más casos en varones. Suele aparecer en la adolescencia o juventud temprana (entre los 13 y los 20 años), pero cada vez se están dando más casos en edades más tempranas y en personas adultas. Suelen ser personas muy inteligentes, muy exigentes consigo mismas, perfeccionistas y muy responsables. También suele ser frecuente en personas que se dedican profesionalmente al deporte o en modelos, ya que sus trabajos tienen unas grandes exigencias físicas.

Causas

Las causas de esta enfermedad son muchas y muy variadas. Es muy importante tener en cuenta que para desarrollarla hay que tener una predisposición genética. Las personas que tienen algún familiar, principalmente padres o hermanos, con anorexia nerviosa o algún otro trastorno psicológico tienen más probabilidad de presentar anorexia nerviosa. Pero aparte de esto, algunos de los desencadenantes o características más importantes son:

Edad adolescente: En esta etapa de la vida se producen muchos cambios corporales, que afectan a la imagen que tenemos de nosotros mismos. Cuando el adolescente se mira al espejo se ve que ha engordado en comparación con la edad anterior y muchos se encuentran incómodos con su nueva imagen, lo que les lleva a iniciar conductas para perder peso.

Burlas o críticas sobre la imagen corporal: A estas edades es muy frecuente que los compañeros de clase o los amigos se burlen o critiquen a los otros niños por su apariencia física, lo que puede influir mucho en que estos chicos y chicas no se encuentren cómodos consigo mismos.

Cánones de belleza impuesto por la sociedad: Es una de las principales causas de los trastornos de conducta alimentaria. La sociedad nos muestra a diario que el ideal de belleza es la delgadez. Lo vemos en modelos, revistas, películas, en las muñecas desde pequeños…Esto causa una insatisfacción corporal en las personas que no tienen el cuerpo que están viendo a diario en los medios de comunicación, cuerpo que en muchas ocasiones no es real, ya que muchas de las fotos o en los programas las imágenes están retocadas, pero que en muchos casos lleva a trastornos alimentarios.

Realización de dietas muy restrictivas: Se ha observado que hay más riesgo de desarrollar anorexia nerviosa en personas que han realizado dietas muy restrictivas durante un largo tiempo, ya que provocan cambios negativos en la alimentación.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

La anorexia nerviosa tiene una serie de síntomas tanto físicos como emocionales y de comportamiento que suelen darse en los pacientes que la padecen:

Con respecto a los síntomas físicos encontramos que estas personas presentan una piel seca, uñas y cabello quebradizo, temperatura corporal baja y aparece el lanugo, que es una especie de vello corporal que se forma en cara, brazos y espalda. Suelen aparecer unas heridas en los nudillos de los dedos en las personas que se provocan el vómito, así como caries y descomposición del esmalte de los dientes. También es muy frecuente la aparición de amenorrea (pérdida de la menstruación) cuando la enfermedad está en un estado muy avanzado. Se producen daños en todos los sistemas y órganos del cuerpo, pudiendo aparecer daño renal, problemas cardiovasculares  y gastrointestinales…La mayoría de estos síntomas físicos suelen mejorar cuando la enfermedad se va curando, pero algunos de ellos son irreversibles, sobre todo si la enfermedad llega a un estado muy avanzado.

En cuanto a los síntomas emocionales y de comportamiento, los más importantes como ya se ha dicho antes son la preocupación constante por la comida y las dietas: cuentan las calorías de los alimentos y tienen creencias irracionales sobre la alimentación, del estilo “si cojo un kilo de peso ya no podré parar de engordar”. Tienen grandes conocimientos de nutrición, ya que se estudian minuciosamente todo lo relacionado con los alimentos para saber que deben tomar para no engordar. Suelen esconderse a la hora de comer o pasar mucho tiempo comiendo, cortan los alimentos en trozos muy pequeños y los esparcen por el plato.

Además, es muy frecuente que utilicen métodos para que parezca que han comido, como esconderse la comida en los bolsillos, en los muebles, tirarla, etcétera. También usan estos engaños a la hora de pesarse, bebiendo mucha agua o metiéndose objetos pesados en los bolsillos. Como se ha dicho antes, hacen excesivo ejercicio físico, lo que hace que las familias no se den cuenta del problema, ya que no muestran decaimiento, sino una gran hiperactividad. Suelen mirarse mucho en el espejo y llevar ropa holgada para que la gente no se dé cuenta de su delgadez. Además presentan aislamiento social, peleas familiares, y otros trastornos mentales, como depresión, ansiedad, irritabilidad o ausencia de placer por cosas que antes le gustaban.

¿Qué hacer en estos casos?

El tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria debe ser llevado a cabo por un equipo interdisciplinar de profesionales de la salud, que incluya psiquiatras, psicólogos, dietistas-nutricionistas, médicos y enfermeros, entre otros. Es muy importante la colaboración entre profesionales y con la familia, ya que van a ser ellos los que pasen más tiempo con el paciente.

El primer objetivo que hay que marcarse es renutrir al enfermo. A medida que aumente el peso el resto del tratamiento va a tener mejores resultados. Así, conseguiremos algo fundamental: que se den cuenta de que tienen un problema y que deben curarse.

A partir de aquí, podrá empezarse el tratamiento psicológico, en el que se debe premiar los comportamientos positivos e intentar corregir los negativos. También habrá que tratar otros trastornos psicológicos asociados, como la depresión o la ansiedad.

Se debe conseguir que la familia ayude en el proceso de recuperación. Es importante también que la paciente confíe en los profesionales, sienta que no somos el enemigo, porque de otro modo no conseguiremos nada.

En muchas ocasiones es necesaria la hospitalización para controlar mejor al paciente y renutrirlo, ya que así podremos conseguir mejores resultados.

En conclusión

La Anorexia Nerviosa es una de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes, junto con la bulimia nerviosa, pero hay muchos más trastornos. Se trata de un problema muy grave, ya que son pacientes que no suelen pedir ayuda, ya que no son conscientes de que están enfermos. Muchas veces cuando la piden puede ser demasiado tarde. Por eso es muy importante reconocer los síntomas de la enfermedad y ponerse en contacto con profesionales que puedan ayudar a estas personas. Cuanto antes se detecte la enfermedad más fácil y rápida será la recuperación.

Para terminar, si tenéis alguna duda sobre el tema no dudéis en dejar vuestros comentarios para que podamos resolverlas. Y si padeces esta enfermadad y quieres que te ayude ponte en contacto conmigo.

¡Hasta la próxima!

BIBLIOGRAFÍA:

-Diagnostics and Statistical Manual of Mental Disorders. Fifth Edition (DSM-V)

­-Chinchilla A. (1994) Nuevas generaciones en neurociencia: Anorexia y Bulimia nerviosa. Madrid

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9 Comments

  1. […] desencadenar trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia, de los que ya os hablé en otras entradas, entre otros), con todos los problemas y […]

     
  2. […] unos días os hablaba de la Anorexia nerviosa, uno de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes, y hoy he querido daros a […]

     
  3. […] del trastorno por atracón, un trastorno de la conducta alimentaria que no se conoce tanto como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa (de las que ya os hablé en este blog), pero que es también de gran […]

     
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  7. […] de aplicaciones, incluidas personas con trastornos de la conducta alimentaria, como personas con Anorexia Nerviosa o Bulimia nerviosa, lo que sólo puede perjudicar su […]

     
  8. […] que los adolescentes están más predispuestos a padecer trastornos de la conducta alimentaria (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa…). Estas enfermedades está demostrado que no se previenen con una charla de […]

     
  9. […] te he hablado en varias ocasiones tanto de Anorexia nerviosa como de Bulimia nerviosa, pero hoy quería que vieses un punto de vista distinto de estas […]

     

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