Ya hacía tiempo que no hablaba de patologías relacionadas con la alimentación. Por eso esta semana quiero hablaros del Síndrome del colon irritable, una patología muy relacionada con la alimentación y la actividad física.
¿Qué es el Síndrome de intestino irritable o de colon irritable?
El síndrome de colon irritable, también conocido como Síndrome de intestino irritable es una enfermedad que afecta a la función normal del intestino, que se caracteriza por dolor abdominal y alteraciones en el hábito deposicional, es decir, hay épocas en las que el paciente presenta diarreas y otras en las que presenta estreñimiento. También se suele producir sensación de hinchazón, sensación de urgencia para ir al baño, entre otros síntomas.
Es un trastorno que se mantiene a lo largo de toda la vida una vez aparece y que se caracteriza por periodos en los que está activo y otros en los que la enfermedad parece haber desaparecido.
Se presenta en un 6-12% de la población, y predomina más en mujeres que en hombres.
Es una enfermedad multicausal, ya que en ella influyen muchos factores, y no hay ninguno que de forma aislada la provoque. Algunos de estos factores que parecen causar la enfermedad están las alteraciones en el movimiento del intestino (enlentecido o acelerado), factores genéticos, factores psicológicos, como depresión y estrés…El estrés y los altos niveles de ansiedad son factores bastante importantes, que además de ser factores que causen la enfermedad también hacen que aparezcan los síntomas con más frecuencia, por lo que es algo que debemos controlar.
Generalmente esta enfermedad no se diagnostica mediante ninguna prueba médica, sino que se realizan pruebas para descartar otras enfermedades con síntomas parecidos y si todas estas pruebas salen negativas se diagnostica que se padece síndrome del intestino irritable.
Se trata de una enfermedad que afecta bastante a la calidad de vida de quien la padece, ya que en los periodos en los que está activa hace que no se pueda llevar una vida normal, debido a los dolores que produce, a la sensación de malestar y sobre todo, cuando aparecen las diarreas, puesto que la persona esté donde esté puede de repente sentir la necesidad de ir al baño urgentemente, haciéndoles muchas veces que dejen de hacer su vida normal y pierdan las relaciones sociales, ya que les da miedo salir de casa al no sentirse seguros.
¿Cómo se trata?
En cuanto al tratamiento, al tratarse de una enfermedad crónica (que dura toda la vida), su objetivo es reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Hay muchos tratamientos farmacológicos que se suelen usar, en función de los síntomas se usan laxantes, antidiarreicos, antidepresivos… Pero este no es mi campo, por lo que me centraré en hablarte de las medidas nutricionales que pueden mejorar los síntomas.
El objetivo principal con el tratamiento dietético es normalizar el tránsito intestinal, de manera que los brotes de diarrea o estreñimiento se den con la menor frecuencia posible, y cuando se produzcan saber tratarlos para que no duren demasiado tiempo.
Algunas de las pautas que se deben seguir (de forma general) son las siguientes:
– Evitar alimentos y bebidas que estimulen el intestino (té, colas, café, alcohol, especias…)
– Comer en pequeñas cantidades más veces al día. Esto hará que las digestiones sean menos pesadas, lo que provocará menos malestar intestinal
– Preparar la comida con cocinados sencillos, como a la plancha, al vapor, cremas y purés, sopas…
– Tener en cuenta las intolerancias de cada persona a determinados tipos de alimentos, ya que cada paciente tolera mejor o peor ciertos alimentos, por lo que se debe adaptar la alimentación a cada persona. No obstante, los alimentos que peor se suelen tolerar y que presentan mayores intolerancias en estos pacientes son las grasas, el huevo, la leche, los cereales con gluten o los cítricos, entre otros.
– Reducir los niveles de ansiedad y evitar el estrés, ya que como hemos visto son factores que influyen mucho en estos enfermos. Para esto sería recomendable consultar con un psicólogo, para que asesore y de unas pautas para reducir esta ansiedad y saber afrontar las situaciones de estrés
– Dormir adecuadamente, lo que también ayudará a mejorar el estrés y la ansiedad.
– Hacer ejercicio físico de forma regular. Se ha visto que el ejercicio ayuda mucho a mejorar los síntomas del síndrome de colon irritable. En este enlace tenéis un estudio reciente que lo ha comprobado.
– En cuanto al papel de la fibra, es un tema un poco delicado, ya que aunque en principio la fibra insoluble (cereales integrales, legumbres) no estaría recomendada y la soluble (por ejemplo en frutas) sí ayudaría, en la práctica hay personas a las que las legumbres no les sientan mal normalmente pero sí les sientan mal determinadas frutas. Por eso es tan importante individualizar el tratamiento de estas personas, porque no hay unas pautas generales que les vaya bien a todos los pacientes, sino que a cada persona le viene mejor un determinado tratamiento que a otros les sienta mal.
Como ya he comentado, todo esto es de forma muy general, pero estos pacientes deben consultar con un médico especialista para que les aconseje el tratamiento más adecuado, con un dietista-nutricionista que les lleve un seguimiento personalizado de su alimentación, además de evitar posibles carencias de nutrientes que se suelen producir debido a que se presenta una mala absorción, y con un psicólogo, que como ya he comentado podrá ayudar con los problemas de estrés y ansiedad, además de ayudar a afrontar los problemas de seguridad y miedos que puede provocar esta patología.
Para finalizar, quiero dejarte el enlace a la web de la Asociación española de afectados de síndrome de intestino irritable, donde puedes encontrar mucha información interesante si padeces Síndrome de intestino irritable o si conoces a alguien que lo padezca.
¡Hasta pronto!