Esta semana quiero hablaros del trastorno por atracón, un trastorno de la conducta alimentaria que no se conoce tanto como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa (de las que ya os hablé en este blog), pero que es también de gran importancia.
El trastorno por atracón es un trastorno psicológico que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, es decir, se consume una gran cantidad de comida (mucho más grande de lo que la mayoría de personas podrían comer en un tiempo similar) en un periodo de tiempo corto (suele ser inferior a dos horas) y se tiene una sensación de pérdida de control sobre la ingesta durante el episodio de atracón.
Para que se considere trastorno por atracón, los atracones deben tener lugar al menos una vez a la semana durante tres meses. Además, los episodios de atracón deben estar asociados con tres o más de las siguientes características:
Todo esto provoca un malestar físico y psicológico. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en la bulimia nerviosa, el atracón no está asociado con el recurrente uso de comportamientos compensatorios inapropiados, como podría ser provocarse el vómito o el uso de diuréticos, y además estos episodios de atracón no ocurren exclusivamente durante el curso de bulimia nerviosa o anorexia nerviosa.
El nivel de gravedad de este trastorno se basa en la frecuencia con la que se producen los episodios de atracón. Así, el trastorno por atracón puede ser:
Este tipo de trastorno de la conducta alimentaria es más frecuente entre personas que buscan perder peso que en la población general. De hecho, suelen ser personas que presentan sobrepeso u obesidad, debido a las grandes ingestas de comida que realizan.
A diferencia de otros trastornos de la conducta alimentaria, el trastorno por atracón, aunque también es muy frecuente que comience en edades tempranas, es mucho más frecuente un comienzo en la edad adulta que la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa. Otra diferencia con estos dos trastornos es que la tasa de recuperación es mayor.
A veces es difícil saber cuándo estamos ante un trastorno por atracón, debido a que es algo un poco subjetivo, es decir: puede que un episodio de atracón no se produzca sólo en un sitio concreto, sino que empiece por ejemplo en un restaurante y continúe después en casa. También hay que tener en cuenta que picotear pequeñas cantidades de alimento a lo largo del días no se considera atracón, ya que no sería ni un consumo excesivo ni iría acompañado de esa sensación de falta de control de la que se ha hablado.
También hay mucha variación respecto a la forma de los atracones en cuanto al tipo de comida y al modo de llevarlos a cabo. Por ejemplo, encontramos que los episodios de atracón pueden ser planificados en algunos casos, lo que hace que la persona planifique cuándo, cómo y qué alimentos formarán parte de este episodio, pudiendo incluso ir expresamente a comprarlos. Además, el tipo de alimentos que se consumen durante los atracones varía tanto entre las diferentes personas como en una misma persona en los distintos episodios de atracón. Pueden comer cualquier tipo de alimentos, y aunque suelen ser más frecuentes los alimentos con más calorías, parece que los atracones no responden a un antojo por un nutriente específico.
Como se ha comentado anteriormente, los individuos con trastorno por atracones suelen avergonzarse de sus problemas alimenticios y tratan de ocultar sus síntomas. Los atracones de comida por lo general ocurren en secreto o lo más discretamente posible.
Algunas de las causas que pueden producir este trastorno son:
Algunas de las consecuencias más significativas (aunque no las únicas) que tiene este trastorno son:
El tratamiento de esta patología debe ser multidisciplinar, interviniendo en él diferentes profesionales sanitarios, ya que se trata de una enfermedad psicológica (por lo que son necesarios psicólogos y psiquiatras), relacionada con la alimentación (de ahí la necesidad del dietista-nutricionista) y con muchas enfermedades asociadas (donde intervienen diferentes especialidades médicas, como endocrino, médico de familia, psiquiatra…).
De forma muy general, decir que respecto al tratamiento dietético es necesario estimar las necesidades de energía y de los distintos nutrientes del paciente y según esto elaborar un plan alimentario, teniendo en cuenta que debe ser un plan de pérdida de peso y con el que consigamos disminuir la frecuencia de los episodios de atracón poco a poco, para lo cual es necesario una correcta educación nutricional, pautarles 5 comidas al día, etc.
Igualmente, de forma muy general, con el tratamiento psicológico se pretende conseguir disminuir la frecuencia de los atracones, disminuir la ansiedad y controlar otra serie de trastornos psicológicos presentes en este tipo de enfermedad, como trastornos bipolares, trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, entre otros.
Estos son algunos de los objetivos y los métodos para llevar a cabo el tratamiento, aunque como he dicho, se han enumerado de forma general y sin entrar en todos los campos de actuación.
A modo de conclusión, el trastorno por atracón es un trastorno de la conducta alimentaria que no es tan aparente como por ejemplo la anorexia nerviosa. Puede confundirse con bulimia nerviosa, pero no hay que olvidar que no cumple con todos los criterios diagnósticos, por ejemplo no se producen conductas compensatorias después de los atracones. También puede confundirse con obesidad, pero en la obesidad no tienen por qué producirse episodios de atracón, además de que no tienen por qué haber otros trastornos psicológicos detrás, como en esta enfermedad. Por tanto, no todos los casos de obesidad se producen por trastorno por atracón, y no siempre los trastornos por atracón provocan obesidad (aunque es bastante frecuente).
Espero que os haya gustado esta entrada, y como siempre, espero vuestros comentarios.
¡Hasta pronto!
BIBLIOGRAFÍA:
-Diagnostics and Statistical Manual of Mental Disorders. Fifth Edition (DSM-V)